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El campo puede abanderar la economía circular

21/09/2018 - Pilar Bayón

El grupo de trabajo Economía circular en el sector agroalimentario de Conama 2018 realizará un mapa conceptual que recoja las experiencias prácticas en economía circular dentro del sector para así animar a otras empresas a invertir en investigación y proyectos ambientales

 

El sector agroalimentario mueve más del 8,4% del PIB nacional y está conectado directamente con el consumo de la población. Esto lo convierte en un sector clave para la economía española y para la sostenibilidad. Sin embargo, la transformación de sus sistemas productivos y flujos de recursos es aún un reto.

Ante ese contexto, Conama 2018 ha querido albergar un grupo de trabajo especializado en economía circular en el sector agroalimentario, en el que profesionales de todos los ámbitos expliquen cómo aplicar el concepto de economía circular en esta industria y en el que se recopilen casos prácticos que sirvan de ejemplo a las empresas.

“En una economía circular, los recursos y productos se mantienen en el ciclo económico y se reduce al mínimo la generación de residuos”, explica Cristóbal Duarte Camacho, director y fundador de Ecoavantis y coordinador del grupo de trabajo. 

Este concepto no es totalmente nuevo para el sector agroalimentario ya que desde la antigüedad se reutilizan algunos restos de cosecha para el compostaje o para alimentar a los animales. No obstante, las nuevas tecnologías han hecho que estos puedan adquirir aplicaciones muy diferentes de las originales. “A través del I+D se está consiguiendo que algo que se iba a convertir en residuo en el campo tenga un nuevo valor totalmente diferente y tome formas que nunca habríamos podido imaginar”, afirma Duarte. 

Las hojas y huesos de aceituna son un ejemplo de ello.  Ahora los restos de olivo también se pueden utilizar para productos cosméticos o, incluso, para producir energía. Uno de los proyectos de éxito analizado por el grupo de trabajo de Conama es el de la Cooperativa Oleícola El Tejar (Códoba), que ha conseguido que la producción de energía eléctrica producida por los restos de orujillo y de hueso de aceituna suponga el 60% de su facturación. 

Este y otros proyectos igualmente innovadores se explicarán en Conama 2018. Estas iniciativas, sin embargo, son todavía incipientes. “Uno de los retos es buscar conexiones con otros sectores para el aprovechamiento de los residuos del sector agroalimentario, ya que no siempre se pueden aprovechar dentro del propio sector”, explica Duarte.

Aprovechamiento en otros sectores

El impulso de la estrategia de aprovechamiento de residuos agroalimentarios se está llevando a cabo también en la industria cosmética, la farmacéutica y la alimentación animal, pero se han encontrado dificultades legales y de financiación.

“El primer problema en este ámbito  es la falta de ejemplos que sirvan de referencia para las empresas”, argumenta Cristóbal Duarte. Por este motivo, el Grupo de Trabajo Economía circular en el sector agroalimentario (GT-8) de Conama 2018, aportará, como novedad, un mapa conceptual, creado por expertos de todos los ámbitos, en el que se reflejen los recursos y flujos de economía circular sobre el sector en España. Tras ello, se realizará otro mapa con casos prácticos con el objetivo de demostrar que los proyectos se pueden llevar a cabo en todos los eslabones del proceso de producción.

El segundo problema, según cuenta el fundador de Ecoavantis, es conseguir el apoyo de las instituciones públicas. “La administración tiene que adaptar la legislación ya que, en ocasiones, esta no permite que se reutilicen algunos productos de otro sector, aun cuando se ha demostrado que estos no son peligrosos”, afirma. 

Además, Duarte añade que los proyectos de aprovechamiento de recursos y eficiencia suelen provenir de proyectos de investigación o PYMEs que están empezando y no siempre tienen medios suficientes. “Es necesario aportar incentivos en los primeros pasos de los proyectos. Debemos aprovechar el talento e invertir en sostenibilidad”. 

Como se puede ver, aunque muchos de los proyectos aún se están desarrollando, ha habido un cambio de tendencia. Las empresas cada vez buscan más alternativas sobre eficiencia y reutilización de sus recursos ya que esto también puede beneficiarlas a ellas económicamente. “Todavía tiene que venir una etapa en la que se pongan en marcha más procesos innovadores, pero hablar del tema ya supone poner la primera piedra que forme el camino hacia la economía circular en el sector agroalimentario”, concluye Cristóbal Duarte.